martes, 17 de marzo de 2015

Certain People I've Known X

Hasta el más zorril tiene sentimientos
 
Habían pasado ya muchos meses desde el “Forever Niño”, todo estaba muy superado, luego de una jugada de él yo le pegué la estocada final y nunca más hablamos ni me lo he topado. Durante todo este tiempo me he dedicado a intentar toparme nuevamente con alguien que pueda llegar más allá del sexo, pero a pesar de sumar varias víctimas a mi lista, sólo han sido eso, el revolcón del rato, personas que tienen sus vidas demasiado ocupadas como para ocuparse de lo afectivo o bien, me han parecido tan poco interesantes que ni el intento he querido hacer.


Bien, por otra parte, siento que he crecido un montón, no me he sentido triste, no he dudado de mí ni de lo que quiero, sé dar un paso al lado con mayor facilidad que antes, no me complico; sólo sé que he aprendido a relajarme y disfrutar la vida, que es muy linda como para sufrir siempre.

Siento, también, que he cultivado mis aptitudes como amante, como todo buen capricorniano soy estudioso, meticuloso y muy perseverante. He averiguado con detalles las cosas que a mis víctimas más le gustan, desde que los traten con rudeza hasta que les besen con suavidad el lóbulo de la oreja. Todo esto se ha traducido en un buen número de hombres que me han buscado nuevamente queriendo repetir alguna sesión o incluso, semi enamorándose. De ellos, sólo a algunos he querido ver nuevamente y seguir cogiéndomelos, hasta que por alguna razón me desmotivan y corto por lo sano.

Pero llegó alguien que me derrumbó el escenario, se llama Felipe, inicialmente coordinamos para juntarnos a follar, como todos los otros. Había tenido una noche sexualmente mala con otro tipo, que ni para final feliz me alcanzó, así que en búsqueda de mi revancha, lo encontré. Llegué en la tarde a su casa y lo primero que me llamó la atención fue su forma de desembolverse, carismático y sencillo, con una sonrisa encantadora.

Lo sexual fue grandioso, lo pasé muy bien, me sentí muy cómodo, – él, ni que decirlo – pero lo que más me marcó fue que luego de la primera vez, me apoyé sobre unos cojines y él se me acercó, le pasé un brazo por el cuello y lo arrimé junto a mí. Mientras conversamos de distintas cosas le hacía cariño con mi mano, de repente le robé un beso y le acaricié el pelo, fue un momento de ternura que se me escapó, señal inequívoca de que el hombre protector y con sentimientos que considero que soy, estaba empezando a asomarse.

Luego de la segunda vez yo ya pensaba que quería que me fuera de su departamento, pero me sorprendió al invitarme a que lo acomapañara a comer, porque él no había almorzado, así que bien, cada uno se duchó y salimos a caminar buscando que comer. Luego de un rato mirando edificios, comentando las fachadas y con más hambre que nunca, llegamos a un lugar, me invitó a comer con él y disfrutamos una conversación amena en donde me confió parte de su historia personal. A esa altura yo ya estaba mirándolo con tranquilidad y con unas ganas locas de besarlo en plena calle, pero no, luego de terminar de comer, pasamos a comprar algo que le hacía falta, caminamos varias cuadras y finalmente me dejó en el metro cercano a su casa.

Por fortuna, luego de habernos despedido y yo pensar que no sabría más de él, me llegó un mensaje diciendo que lo había pasado bien y que para la próxima vez que nos viéramos, ya sabía donde iríamos. Reconozco que me volví loco por poseerlo nuevamente, por besarlo y hacerle cariño, por conocerlo más y acercarme, pero cresta que cuesta encontrarse a alguien que por estos tiempos aún quiera darse la oportunidad de algo serio. Estos días he estado pensando mucho en él, por circunstancias hemos hablado mediante mensajes y por teléfono (le estoy asesorando con un tema), pero poco hemos hablado de nosotros, aunque me ha manifestado las intenciones de acceder a comer conmigo o de invitarme a cenar en parte de pago.

Sea lo que sea, estoy dispuesto a correr el riesgo, si pierdo, pues bien, habré de dar un paso al lado nuevamente, una vez más que lo haga no se va a notar, pero por el contrario, si a él también le provoqué algo más que una atracción sexual, no sabe lo que soy capaz de hacer con tal de conquistarlo.
 
 
 

No hay comentarios.: