domingo, 28 de junio de 2009

Take A Risk: It's Showtime.

Todo Comienza, Todo Acaba

Reinaba la calma en el departamento ubicado en Santiago Centro, el sol despuntaba y el aire entraba suavemente por una ventana en forma de brisa tibia y acogedora.
Tantos parafraseos dirigidos al techo terminaron por convencer a Gabriel de que tenía que tomar cartas en el asunto y mirar el futuro con otros ojos.


Tomó el teléfono y marcó un número mientras pensaba:
Luciano, estoy comenzando nuestro final. Si es necesario, saldré de tu vida sin remordimientos, que te quede claro, créeme.
Basta de jueguitos engañosos que apuntan hacia círculos infinitos.

Con este mensaje te digo adiós para siempre.

Aló? Sí, soy yo, quería decirte que... no quiero que hablemos más, esto se acabó aquí, ahora. Espero que te quede súper claro, nada más de tonteras, se terminó.
No me busques ni llames, te quiero.

Cortó y llamó a Sebastián.
Aló? Seba, acabo de llamarlo, se acabó.

I love you more than you'll ever know.
It hurts to see you go.
Bittersweet goodbye.


lunes, 22 de junio de 2009

Take A Risk: Moving On

Show Mediocre

Gabriel se abría paso por la atiborrada discoteque junto con uno de sus mejores amigos, Sebastián, en tanto un par de miradas se dirigían hacia ellos buscando rastros de presas apetecibles.

El remix más movido del momento sonaba de fondo mientras que las luces se dispersaban hacia todos lados como pequeños haces de estrellas fugaces que chocaban con el público extasiado.
El ambiente desenfrenado se colgaba del nombre de "Fiebre de sábado por la noche" dando a entender que sería una velada comandada por los excesos y la mala fortuna.
Un vaso de roncola dio el puntapié inicial al show, dos tipos bastante llamativos hacían oídos sordos a la música y a todo su entorno, dedicándole total atención a ambos hombres, enviando un mensaje poco sutil encarnando la lujuria desmedida.

Gabriel, quien no tenía ganas de posarse en labios pasajeros de una noche, no mostró interés alguno, mas Sebastián cayó como pato cazado por un pistolero, acercándose rápidamente a los destellantes flamencos que lo tentaban a bailar y moverse con extrema sensualidad.

Como Gabriel se sabía solo y sin muestras de recuperar a su compañero, se decidió a emborracharse, y así, dos, tres, cuatro vasos más de roncola le dieron el toque adrenalínico a su mordaz plan. Tenía claro que si algo arriesgado quería hacer, el alcohol le brindaría la excusa perfecta para dar rienda suelta a sus descabellados pensamientos.

Tres de la mañana y su celular chispeaba excitación, sus dedos se desquitaron con el teclado al apretar los botones, una seguidilla de mensajes de texto - bastante comprometedores - salían en busca de su destinatario - Luciano, su exiliado y perpetuo amor - con quien las cosas se habían desarmado a medio empezar.

Algo inesperado sucedió, Gabriel notó que no le devolvía mensajes, sino una llamada. Dentro de su estado etílico pensó: "Cómo cresta le contesto acá, no podré escuchar nada de lo que tenga que decirme... Dah, si al final, de seguro, no tiene nada interesante que decirme, a lo más me va a retar por la hora..."

-Aceptar llamada entrante -
Un vuelco en los ojos y en su cara denotaron que Luciano no lo llamaba precisamente para retarlo por la hora, más bien despotricaba contra él por escribir cosas tan directas, sabiendo que su pololo podía leer los mensajes sin querer, detonando en sí una especie de inseguridad mal fundada que no tenía por donde atribuirle a los suntuosos mensajes, que perfectamente podría haber omitido y eliminado sin mayor esfuerzo.

"... Lo único que se me ocurre decirte es que ... nada te hará entender que es conmigo con quien deberías estar compartiendo este frío invierno... ni siquiera el remordimiento que te da al saber que actúas como un cobarde que no tiene claro lo que realmente es bueno para ti.... buenas noches...y si rompí tu infranqueable nidito de amor, discúlpame"
, lanzando las últimas palabras con un recelo inmenso en tanto cerraba su celular.

Sebastián, me voy, que disfrutes tu "Sodoma y Gomorra".
Pobre putito, actúa con desesperación, nunca sabrá lo que es amar.