jueves, 29 de mayo de 2014

Certain People I've Known V

Los negocios son negocios (Business are business)

Increíblemente, estar con un tipo distinto cada vez ya no me parecía tan desmoralizante, realmente estaba pasando por una etapa totalmente carente de ataduras, prejuicios y juicios posteriores ante mi inimaginable conducta. Eso sí, jamás, pero jamás usé a nadie ni dejé de cuidarme, la salud es algo con lo que no se juega. Como dice un pintoresco dicho: "sin gorrito, no hay cumpleaños".
 
En esta incansable búsqueda de placer, se dio la casualidad de que contacté a un tipo que físicamente era una víctima precisa, tenía que saber poseerlo, sí, tal cual, era un "gotta have it" dentro de este nuevo mapa que denominaremos superficialidad. No fue una tarea fácil, así que más decidido que nunca empecé a tentarlo con algunos comentarios y algunas fotos de mi verano por las costas del país. Ser directo y audaz siempre me había traído buenos resultados y esta no fue la excepción.

Él era un joven empresario, dueño de una nueva marca de productos, recién salidos al mercado como comida instantánea y que se comercializaban en supermercados pequeños. Su figura era muy atractiva, pero su singularidad radicaba en sus ojos y sus labios, ambos atributos le otorgaban una ternura única, pero que combinados con su bien conservada figura, me llamaban a pensar en lujuriosas aventuras
 
A los pocos días ya habíamos acordado juntarnos, aunque costó un poco agendar un encuentro, lo logré. La reunión sería antes del mediodía, a eso de las 11, por lo que tendría que madrugar (aunque si bien detesto levantarme temprano, el fin valía la pena), nos juntaríamos en la calle Marín - sí, la misma calle con la que un millón de veces junto a mis amig@s habíamos bromeado sobre la cantidad y distintos tipos de moteles que existían, pensando que nunca los conocería en persona - , pero qué equivocado estaba, iríamos a uno que él mismo se ofreció a pagar. 

Cuando iba caminando a la intersección donde habíamos quedado, miré hacia la vereda del frente y vi a un tipo apuesto caminar muy calmadamente, intenté mirarlo mejor a pesar de mi leve miopía para soñar con que era él, pero no fue un sueño, efectivamente nos miramos y dijimos "jajajaja, eres tú?". Caminamos lo que restaba, hablamos un tanto, me indicó que ya tenía el lugar visto, que había estacionado su camioneta unas cuadras más allá y que todo estaba arreglado.
Recuerdo que ese día tuve que ir con mi bolso deportivo, porque en la tarde, luego de mi trabajo haría mi rutina de ejercicios respectiva - como si no me fuera a bastar con el ejercicio matutino -, sólo entrar al lugar con tremendo bolso fue lo menos discreto que pudiera imaginarse, todo parecía sacado de un sketch de comedia, pero me dio igual, yo iba a liberar tensiones, no a estresarme.
 
La mujer que nos atendió estaba limpiando esta casa que tenía un aire antiguo - como prostíbulo se me imaginaba a mí - y por suerte no se espantó de ver dos hombres tan temprano ahí. Nos hizo esperar un momento y luego nos condujo al segundo piso, donde nos dio a escoger habitación. Luego nos preguntó qué queríamos - era súper cool, casi que sentí que era el cover de una discoteque - y al rato apareció con lo que habíamos pedido, en medio de los primeros besos que nosotros ya nos dábamos. Todo fue agradable, incluso estas escenas algo incómodas.

Descubrí que había un espejo en sentido horizontal a un costado de la cama, donde podías ver la cara ridícula que pones cuando estás caliente mientras te follas a tu hombre o cuando dejas que te atienda en tus zonas erógenas. Él era algo torpe, pero muy gozador, exigiente y aguantaba mi brutalidad. Una de las cosas que me gusta de tirarme hombres es que no siempre tienes que ser cuidadoso, no son una flor a la que debes mirar hasta con cierta cautela, no, con ellos puedo ser salvaje - y sé que les gusta -.

Finalmente luego de mucho disfrutar, de una ducha, de una nueva ronda de juego y finalmente una ducha muy rápida, decidimos marcharnos entre besos y caricias de deseo, impregnándonos de alegría, energía y unas ganas enormes de que el día entero permaneciera en ese estado de euforia.

PD: Las toallas de los moteles no siempre son de lo mejor, debo mencionarlo; OJO!