domingo, 31 de agosto de 2008

Blue Sensation IX

Distancia v/s Distancia

No sé, realmente no sé qué hacer.
¿Cómo que no sabes?
Eso es, no sé.
Ehm... todo depende de ti.
¿Eso piensas?
Sí, es una decisión tuya.
Esa no es la respuesta que necesitaba.
¿Qué más te puedo decir?
Me conformaba con un "quédate conmigo"
... O quizás un "conversémoslo"
Pero es que...
¿Pretendes decirme que debo desarrollarme y conseguir mis metas, dejando todo lo que tengo acá de lado, dejándote pasar como si fueras uno más?
No puedo amarrarte acá y ser egoísta, yo estoy bien, y tú deberías...
Claro "yo estoy bien", gracias por incluirme en tu mundo.
No es eso, sabes que tú estás en él, lo mantienes de pie...
¿Sabes lo que creo? Que tal vez tenerme lejos te haga valorarme más.
Es que yo...
"Es que, es que". Es lo único que sabes decir.

Nueve de la mañana del día siguiente, la misma oficina en donde se entrevistó con el editor, Benjamín, asido de un bolso con una libreta de notas y un lápiz en la mano esperando la hora de dar el sí, nerviosísimo, pero no precisamente en su casamiento.

Hola, vengo a hablar con usted, vengo a aceptar el trabajo.

Fue lo único que el editor necesitó escuchar para marcar un número y ordenar algunos asuntos, pedir el vuelo y acordar el alojamiento.

Te vas hoy mismo, el puesto te llama con urgencia.
Felicidades.

Y así, con el mismo nerviosismo anterior, llegó a su departamento, ordenó sus cosas y se dispuso a escribir en una hoja.
Los borrones y las hojas arrugadas sumaban cincuenta, pero al final, lo único que logró hacer fue dejar todo intacto, y la hoja definitiva, jamás dirigida a nadie, desapareció en la basura.

Adiós Chile, adiós Tomás...