miércoles, 14 de mayo de 2008

Un Silencio Eterno

Catarsis

Como no quiero complicar a nadie con mis problemas, me confieso a mí mismo:

Hoy me disponía a estudiar con todas las ganas del mundo, pero me puse a escuchar música un rato, de pronto me bajó el llanto, recordé mis caminatas por Pedro de Valdivia, en ese mismo instante se me vino a la mente ese Febrero en que yo caminaba rápido, casi corriendo, por entre medio de toda la gente, porque tenía que llegar a verte, y aunque ya te había avisado que iba atrasado estaba nervioso de causar una mala impresión, puesto que sé que a la gente le molesta que sea impuntual; llegué al metro y te vi sentado, quedé encantado, eras precioso y yo de lo más normal me puse a hablarte como si nos conociéramos desde hace años.

Ese día a pesar de todo lo que pensé al volver a la casa, lo pasé de maravillas, me encantaste aunque hablaras poco, me gustó tu disposición y la confianza que depositaste en mí, recuerdo que tiritabas por lo nervioso que estabas, no sabías qué hacer, sólo te dejaste llevar y yo disfruté de tu ternura comprimida por años.

Cuando te dije que no funcionaría lo nuestro, estaba convencido de que así sería, pero de todas maneras pensé que había estado mal el no intentarlo... Y así fue como un día nos encontramos, al tiempo de haberte eliminado, te vi y le dije al Felipe en esa junta: "qué rico se ve ... se ve muy lindo, mira lo que me perdí, es una lata, pero no podría hablarle del mismo modo después de lo que le hice". Aún recuerdo que hablamos un rato y luego, para arruinar más el momento, el muy idiota llamó a "X", fui un desatinado 100%.

Al final, nos fuimos juntos en el metro, en el último que quedaba, yo te miraba con cara de baboso mientras caminaba detrás tuyo, pero no te dije nada, NADA!... nos subimos al metro y cruzamos, con suerte, algunas palabras, luego te bajaste y nos despedimos, ahí te perdí el rastro por mucho tiempo.

Era diciembre cuando yo había decidido recuperarte, me lo propuse, porque me di cuenta de lo que quería, de que a pesar de haber buscado en otro lado eso que me faltaba, descubrí que tú eras irreemplazable, jamás encontraría a alguien que respondiera con tus características; entonces te busqué, y te dije lo que me pasaba, sabiendo que podía recibir un "ándate a la mierda" por parte tuya, mas no fue así, me dijiste que bueno.

Acordamos de juntarnos, Salvador era la zona de encuentro, caminamos, nos reímos, pero secretamente yo miraba cada uno de tus detalles, desde tu mirada hasta tu caminar.
Almorzamos con tranquilidad, conversamos un rato para después volver a la partida.

Ya en ese lugar, que siempre visito sin que nadie se entere, nos sentamos.... Jajajaja, ahora me acuerdo de la "cuerda" del polerón, de cuando te estaba ahogando, de tus pisadas y de las mías, de que aplasté tus dedos con mis zapatillas... recuerdos....
Hablamos de lo nuestro y tu fragilidad se asomó, rompo en llanto cuando me acuerdo de ese momento mágico en que sollozabas y yo te abracé, que te dije que volvieras a confiar en mí, que no sería lo mismo que antes, que yo había vuelto por el buen camino, que lo nuestro resultaría por fin... fue tan linda esa tarde que me emociona.

¿Qué pasó? - Volví a criticar tu silencio...
Me desanimé por un segundo y te fuiste a la velocidad de la luz.
Te perdí otra vez... pero yo seguí ahí, seguí de pie...
Encontraste un pedestal más estable y te arrimaste a él, mientras yo veía el espectáculo desde afuera, feliz de ti, pero triste por mí.

Pasó lo que yo pronostiqué, fuiste libre nuevamente, dejé mi corazón en tus manos y mi cabeza la tiré a la basura, la razón la desplacé a kilómetros, pero no te quise hostigar tan luego, esperé un poco más para dejarte asimilar todo lo que te había pasado, sin embargo, cuando creí que era la hora indicada, había llegado cinco minutos tarde.

Me costó creerlo, lo vi, lo analicé y decidí esperar, luego decidí dejarte partir para quizás reencontrarnos, porque eso no me molesta [tanto], tal vez tu filantropía hace que respondas de una manera que a veces me hace hervir en fiebre y delirar, pero ¿qué puedo hacer, qué quiero que hagas? si así eres, y así te quiero, y esa misma energía que me hace quererte me hace pensar que te debo dejar para siempre...

Pero yo sé que tus recuerdos me seguirán siempre, del mismo modo en que lo están haciendo ahora, no creo poder despojarte, quizás no quiero hacerlo, quizás son más fuertes que yo, sólo sé que ahí están y reviven cada vez que pienso en Febrero, en Diciembre, en el Café Literario, en el Cerro San Cristóbal, en tu risa y mi sarcasmo, en tus ganas de pegarme y mis dormilones, en Camila y en las canciones mamonas, en todo eso que me une a ti.

Lo siento, me da tanta lata, pero necesito descargar todo esto. U_U

...Y fue tan fuerte volver a creer en los dos
bastó mirarte, volver a amarte...


...para perderte de nuevo....