sábado, 21 de noviembre de 2009

Confesiones En La Barra I

Ligando Número 1

Caminar por la calle no es entretenido cuando está lleno de minas lindas que te sonríen y más de alguna vez ríen luego de que te regalen alguna miradita coqueta, tomando en cuenta que a ti no te gusta lo que ellas tienen para ofrecerte; es una lástima, pero es la cruda verdad que ellas tienen que afrontar.

Si camino por la calle me gusta disfrutar del paisaje, de las calles, de los autos, de la gente... ¿A quién mierda quiero engañar?.
Lo que a mí me gusta mirar es a los hombres, me
matan las barbas, las poleras ceñidas a un cuerpo trabajado, un poto generoso, que su estilo al vestir sea interesante, atractivo, pero lo que más me mata es cuando luego de mirarlos y pensar "qué lástima que no seas algo más que un cruce en la calle", me llega su olor a perfume, en donde me convierto en mantequilla derretida en una tostada recién preparada.


Yo sé que esto suena muy amariconado, incluso puede parecer patológico, así que siempre recurro a un muy buen amigo, el más fiel que puede existir, mi amigo Gustavo.

Mira, Gustavo, tú sabes que si vengo para acá es porque eres el mejor barman que existe en todo el sector, y porque, evidentemente, eres mi mejor amigo, tú sabes que no me gusta tener amigos maracos, no va conmigo toda su volá naturista ni sus clases de pilates con su amiguita de turno, a mí me gusta la carne, las pesas y el hueveo, el hueveo intenso.

Sí sé, sí sé; ya cuenta luego, que vienes con cara de ansioso.
¿Lo mismo de siempre, cierto?

Sí, un pisco con negra. El otro día vine a tomarme un trago sin avisarte, desgraciadamente (digo cínicamente) tú no estabas, así que al final me tuvo que atender ese minito que va pasando (poniendo cara de inocente y apuntando a un mesero).

Ya... creo que capto para donde va la historia, veamos que le hiciste a este tipo, porque según voy viendo, una mentira le contaste para engrupírtelo, porque el pobre pasa por tu lado y te despedaza como hiena hambrienta.

No me interrumpas, que esto es lo mejor: después de haber estado prácticamente toda la noche tomando solo y conversándole, terminamos en mi departamento, tengo que decirte que está harto rico, mejor ni te cuento como lo pasamos. Lo mejor es que quedó loco, compadre, a los días me llamó para vernos otra vez, y yo, como buen samaritano, no me pude negar y tuve que ayudar al prójimo, como decía el curita de mi mamá.

Hueón, por favor, cambia la cara de caliente que pones cuando este maricón pasa y te menea el culo, ¿no te das cuenta que quiere puro ir a follar al baño?

Bueno, ¿y cuál es el problema, dónde tengo que firmar?

Porque soy tu amigo y aunque no chuteemos para el mismo lado, te entiendo y te conozco, te creo capaz de ir y pescártelo en pleno baño, pero por favor, no lo hagas, que le podrías causar problemas al local.

Ya, hueón, controlaré a Toñito, tú sabes que es medio rebelde y de repente ni haciéndole cariño se calma, ya te he contado esa gracia.

Jajaja, ya, idiota, para de huevear y termina de contarme.

La cosa es que acordamos de juntarnos hoy, aquí, así que estoy esperando a que termine su turno para irnos a mi departamento... lo que no sabe es que voy a llevarlo a la playa, como sorpresa, para salir de la monotonía de mi cama.
Río y sorbo un poco de mi trago.

Caliente e' mierda, a ti no hay quien te cambie.