sábado, 31 de diciembre de 2011

Año Nuevo

Últimas Líneas

Esta fecha, no sé muy bien el motivo, no me hace mucha gracia, quizás es por tantos vacíos que dejó o porque simplemente implica terminar un ciclo, cosa que me cuesta mucho aún en algunos sentidos.
Todo el mundo empieza con el cliché de analizar los trescientos sesenta y cinco días anteriores y se ponen metas, mienten diciendo que cambiarán su dieta, serán más responsables, que dejarán el odio de lado y que le desean el bien a todo el que se cruce por delante.

Yo sólo tengo algo que decir con respecto a este día y es por eso que hace unos minutos me propuse escribir una breve reseña de algo muy particular: tengo que empezar el nuevo año dejando atrás algunas situaciones, complicaciones y deseos insanos. Junto a esto va de la mano dejar en el camino a mucha gente, ambiciones y otras tantas malas prácticas que son difíciles de remediar, pero también así (porque no tiene que ser necesariamente todo negativo) girar y mirar las cosas con un punto de vista distinto, aprender y filtrar lo que voy necesitando para poder seguir.

No prometo reiniciar mi cerebro y ser un sujeto profundamente bueno, porque no hay posibilidades, no suelo mentir en ese sentido y tampoco pretendo empezar a hacerlo ahora.

Espero que para cada uno que lea esto, este día signifique algo especial, algo bueno, algo malo, algo de lo cual desean reflexionar o simplemente gozar en compañía de quienes deseen, por mi parte, aún tengo trabajo por terminar.


domingo, 18 de septiembre de 2011

Primavera, estás aquí

Crepúsculo

Era un día viernes y decidí tomar las pocas cosas que necesitaba para partir y echarlas en mi mochila, alguna que otra muda de ropa, dos cajetillas de cigarros, la botella de mi trago preferido, mi cámara, alguna de mis cartas para ti y tu foto era todo lo que me bastaba.
Partí hacia el puerto en el primer bus que logré tomar y al cabo de dos horas estaba pisando el comienzo de esta larga travesía.
No quería perder tiempo recordando lugares de antaño así que sólo me dispuse a partir al sector donde arrendaban barcos, hablé con algunos capitanes y con otros pescadores para conseguir un barco acorde a mis necesidades hasta que encontré el indicado.

La tarde estaba sencillamente adorable y el mar inmenso no terminaba de encantarme, saqué unos cuantos cigarros y los disfruté con un trago tras otro, hasta que ya no pensaba del todo bien y mi equilibrio empezaba a escasear. Leí hasta el cansancio la carta que llevaba conmigo, mi confesión junto a tu foto eran el dulce martirio que enfermizamente anhelé por tantas horas. La noche cayó y tu recuerdo se transformó en tu imagen, como si estuvieras ahí conmigo, riéndonos de las mismas idioteces de juventud, recordando viajes y conversaciones que eran como tesoros que jamás dudaría en guardar entre mis debilidades, aunque significaran una especie de angustia recurrente.
Llamarte se había convertido en un riesgo muy grande y por lo mismo no quise agregar el teléfono a mis pertenencias. Al parecer este retiro se tornaba en una especie de éxito al poder seguir callando aún el deseo de gritarte un “te quiero” cargado de sensaciones.

Mi barco se agitó al chocar con una roca y yo caí al agua casi de inmediato, golpeándome en la cabeza. Unos minutos que para mí se sintieron como horas sin poder respirar se convirtieron en un relajo inmenso que ya cuando no quedaba más aire me desesperaron, pero extrañamente no tenía miedo, no había nada que me obligara a salir a  flote, hasta que de pronto escuché tu voz y vi tus manos estirándose en la superficie. No tenía fuerzas para moverme, cada vez me hundía más y realmente no había nadie que me salvara, estaba perdido, no había otro final posible, pero tú siempre estuviste, lo sé, me esperabas afuera, me llamabas con tu siempre particular estilo, entre sonriente y enojado, entre coqueto y furioso, entre deseoso e inocente, entre dulce y desdeñoso como un niño, todo lo que por años me había atado a ti ahora se manifestaba en un simple zambullido que me liberaba de esta cargosa culpa, casi como si ese hubiese sido el destino que siempre busqué, haciendo que me llevara este recuerdo tuyo, mi tesoro.

lunes, 15 de agosto de 2011

Tiempos de Espera

Tic Tac, Tic Tac

"Reloj, no marques las horas..." - Decía hace algunos años un cantante.
El tiempo avanza y me mata, me ahoga, no sé definir con cautela mis pasos.

Hay algo en ti que no entiendo realmente. Acá soy tajante, el problema no soy yo, el hecho de quiera compartir contigo no implica que estoy mal, es más, lo encuentro incluso natural, cuando uno conoce a alguien y se da cuenta que gusta de pasar su tiempo y aventuras con ese alguien, lo lógico es querer disfrutar de la compañía de esa persona y no de su ciber-compañía.
No quiero entrar a especular el motivo de tu desinterés o poco atinada decisión de no buscar la instancia para vernos las caras y, por ende, captar nuestras palabras por lo menos con las verdaderas intenciones que las acompañan, porque me sugirieron que no pensara más allá de la cuenta y también porque no es lo que me convocó a escribir hoy.

Hoy me siento más que nunca como una olla a presión. LLevo días aguantándome esta sensación extraña de estar interactuando con un ser que tiene un nivel de matices inesperados y que por más que "solidarizo" frente a ellos, no me llega ni siquiera un atisbo de respuesta que me deje algo más tranquilo con el tema.


¿Qué te hace pensar que no me voy a aburrir de "esperarte"?
Ni siquiera estoy usando el "esperar" como un término concluyente, como si me refiriera a legalizar o a concretar alguna especie de propuesta.
Yo sé que pueden existir tus razones, desconocidas, pero las hay. Lo malo es que yo ya he conocido sujetos como tú, con sus trancas y cosas por arreglar y, desgraciadamente (para mí) y según las leyes que ahora rigen mi personalidad, tu cabeza rodará de seguir así.

¿Qué te hace creer que yo no extraño verte o regalarte una sonrisa?
Con esto insisto, no estoy mostrándome como un hombre derretido por tu encanto, sólo estoy externalizando algo que considero esperable dado el caso, salvo que yo esté muy mal, muy apresurado (algo difícil) o muy no sé qué y deba calmarme, porque estoy "exigiendo" algo ilógico. ¿Se supone que no deba querer verte?

No sé desde qué momento nos volvimos tan mezquinos como para regalarle nuestro tiempo a aquellas personas que conocemos de antes y no podemos dedicarle algunas horas al forastero atractivo con el cual "decimos simpatizar" y que hace poco tocó nuestra puerta. 

No sé ni siquiera por qué gasto mi tiempo filosofando sobre ti...
No, alto, sí lo sé... Me gustas (un poquito).

¿Estoy mal? 
Me voy a empezar a acostumbrar a pensar que esto "no es" o que simplemente "esto es todo lo que tenemos para ofrecer".

lunes, 25 de julio de 2011

Destellos

El Callejón de mis (borrosos) recuerdos.

Una milésima de segundo podría haber bastado para mandarme a la carnicería y yo, sin ningún registro de conciencia, estaba decidido a dejar todo o nada en las calles de Santiago con tal de poder decir que había estado en condiciones poco decentes. Como si ésto me hiciera sentir Rockstar o quizás un poco menos compuestito de lo que últimamente estaba siendo.


Luces como ráfagas en mis ojos
Dan cuenta de lo acelerado que anduve
Divagando en un océano de dudas
Que se acoplaron entre mis sentidos.

“¿Qué hice?” es un sin sentido inmenso
Comparado con la importancia fúnebre
E intrínseca de un “¿Qué haré?” 
Que se convierte en una filosofía peligrosa.

domingo, 19 de junio de 2011

Reclamos Varios

Señor Consumidor: "Querido Facebook..."

¿Ahora resulta que como uno es gay tiene que bancarse una pila de idioteces, avalar conductas y casi vanagloriarse por el estilo de vida? Discúlpenme, pero yo no, en serio: "Paso".

Yo no sé si seré demasiado exagerado o soy muy poco gay en mis costumbres, pero de verdad no creo que alguien que te contacte por Facebook a través de un perfil falso, evidenciado por las fotos de perfil (como si no bastara con que yo conozco muy bien a los modelos que se manejan en éstas) o como si el muy pelotudo fuera tan mágico como para hacernos creer que es capaz de mutarse las facciones de la cara en cada foto que se saca.

Como algunos podrán entender, yo soy bastante curioso y me puse a investigar a este pseudo amigo buena onda que me agregó a la red de contactos. No querrán saber qué encontré. Mentira, yo sé que quieren saber lo que averigué: el tipo era un asiduo cliente de un Sauna, joven universitario efectivamente, pero fanático de los Saunas, o sea, el hueón estaba muy cagado como para poder encontrarse alguien que implicara un desafío un poquito más complejo que ir a ofrecerse como carne barata por un rato de sobajeo en un lugar de mala muerte.

No es que ande con la moralina impregnada en la mente, pero es perturbador; yo me quejo de que no encuentro gente, que no tengo mundo, que no tengo amigos del mundillo, pero todo esto responde todas mis trabas o disgustos con este "submundo" a nivel del subconsciente, está claro, odio todo este sistema de mierda.

Yo no sirvo para aguantar gente así, realmente me da un poco de pena darme cuenta que estoy en un nivel intermedio (por decir algo) en esta pirámide alimenticia: Me carga la hipocresía y los juicios morales que con tanta facilidad se les sueltan a los conservadores, pero también repudio (porque así de fuerte es mi sentimiento) a la gente que está inserta en esto y que me hace pensar que esta comunidad seguirá siendo una minoría maldita, que cargará con los estigmas que ella misma se ha autoimpuesto, no porque la gente nos mire raro, sino porque "somos" nosotros mismos los que creemos que homosexualidad es sinónimo de libertad para agarrarte lo que sea, todo lo que se mueve, tratando de copiar muy precariamente lo que algunos heterosexuales también hacen.

He pensado seriamente renunciar a esto, ya sea porque no encontraba a nadie "a mi altura" o por el asco que siento por esta parte de la población que está llena de vagabundos cerebrales, personas sin sentido común, sin valores, sin espíritu de superación, que es ordinaria, chabacana y que refleja los peores estratos del ya empobrecido "Brooklyn de Chile", exceptuando que Brooklyn debe ser más interesante que esta miseria.

miércoles, 8 de junio de 2011

Nuevo Proyecto I

El Mar de tus Ojos

Paso calles y cruzo avenidas buscándote,
simulando coincidencia en cada cara que veo.
Mi mapa es tu eco, una estela inquieta,
el vacío de mi memoria que se encuentra
infinitamente ahogada en un jarrón.

Mientras las algas bailan y los caracoles se ríen
descubro tus huellas plasmadas en la tibia arena,
templada por tu andar suave y sincero.
Detrás de tus ojos se esconden las olas
que me sacuden y desarman como un papel.

Por un instante imagino sentir tu mano,
tierna hierba que me ata y seduce en un compás.
Si acaso alguna vez llego a escuchar 
los cantos de las sirenas que peinan tus cabellos
no dudaría ni un segundo en dejarme acariciar.

Sabes que me engañas con facilidad,
pues tu carisma sobrepasa mi hermetismo.
Sientes como mi sangre se acelera 
a la vez que mis huesos se hacen nada,
todo porque eres audaz y tu boca es mi tentación.

Gozas con cada batalla que ganas,
pero lo peor, lo peor, lo que más detesto 
es que no dudas en que si me piden definir "amor"
yo sólo podría decir tu nombre....
Tienes tanta razón.

lunes, 14 de marzo de 2011

Una Verdadera Mentira IV

Sólo fuiste mi comida (casi) literalmente.

"Poco prolijo" podría ser el concepto que más se acerque a este desenlace, que más bien debería borrarse de los registros idílicos.
Martín iba como león, pero con espíritu de liebre.
"¿Por qué?" se preguntarán ustedes - pues fácil, porque sentía que dentro de todo este ajetreo hormonal (calentura, para no ser cínicos) no había un sustento considerable, un gancho liquidante que lo terminara de convencer y sentir que por fin había encontrado al tipo hombrecito (que pareciera tal), hincha bolas y sexeable.

Un día Camilo decidió preparar almuerzo en el departamento, así que pasamos primero al supermercado, escogimos comida y nos fuimos rápidamente a cocinar. Entrando al living dejé mis cosas, aliviado ya de haber evitado el mirarlo con deseo por la calle, mientras que él escurridizamente me besaba por el cuello, cerrando la puerta e intentando una maniobra que yo fríamente frené en seco.

Ju! ¿Como si la huevá fuera tan simple como llegar a la casa y tirar?
Uh… qué denso ¿qué pasó ahora? – preguntó disgustado.
Quiero saber qué chucha somos - seremos, eso pasa.
¡Ah, eso! Amigos que tienen sexo, supongo.

Martín sintió un eco, el peor de todos, como si un balazo sordo entrara por las orejas y se las despedazara por completo.
Como aún operaba su cerebro (algo vengativo) decidió suavizar la inevitable y tediosa despedida y dejarse llevar por el momento salvaje que tenía maqueteado, porque él todo lo modelaba, nada podría escapársele, antes o después, el final sería el mismo, él también quería llegar al instante pecaminoso, pero era en extremo cuidadoso al momento de mostrarse como un hombre hiper sexualizado.

La ropa fue lo que menos cuidó, los zapatos, cinturones y pantalones fueron despojados con tal arrebato que ambos parecían pirañas peleando por carne; los botones de las camisas entre más lejos saltaban me hicieron suponer que recibirían más puntos.
 Todo fue realmente feroz, con malévola premeditación fue despreocupado y poco delicado, su cadencia era más exagerada de lo normal y su brutalidad reflejaba a un presidiario recién puesto en libertad, como si fuera un jaguar.

Ni largo ni lento, ni fome ni entretenido, sólo sé que Martín estaba contento, había logrado su cometido y pensaba que este revolcón marcaba el final de esta "particular relación" de una manera poco convencional. Cuando hubo de despedirse y llegar a casa lo primero que hizo fue agregar el número de Camilo al registro de llamadas bloqueadas, no pretendía recibir más sus llamadas; de lejos mucho mejor, se dijo para sí y sonrió.